Desventajas y ventajas del RFC

Es posible que entre nuestros familiares nos llamen con algún apodo cariñoso, quizá en la escuela se referían a nosotros con el apellido, nuestra pareja quizá usa alguna palabras especial “amorcito”, “bomboncito” o alguno semejante; pero el Servicios de Administración Tributaria (SAT) a partir de los 18 años y para siempre nos identificará con el RFC…

Registro Federal de Causantes

Le decimos RFC porque son las siglas de Registro Federal de Causantes y se trata de una clave alfanumérica de 13 elementos en el caso de las personas físicas y de 12 en el caso de las personas morales.

En el caso de las personas físicas las primeras cuatro letras se sacan con datos del nombre y los apellidos, los siguientes seis números salen de la fecha de nacimiento y los tres últimos dígitos y letras se les conoce como homoclave y son asignados por el SAT al momento del registro. La función de la homoclave es actuar como distintivo en el caso de que dos personas coincidan tanto en fecha de nacimiento como en las siglas de su nombre.

En el caso de las personas morales, se forma por tres letras o siglas del nombre de la empresa, la fecha de creación e igualmente el SAT asigna una homoclave distintiva.

Ventajas del RFC

En 2022 se estableció que los mayores de 18 tengan o no ingresos deben inscribirse al SAT para tener el RFC.

La primera ventaja del RFC es la entrada a la formalidad, es decir, pertenecer a la población económicamente activa que sí contribuye con sus impuestos al funcionamiento de este país, claro, si sus ingresos están en los montos gravables. Esta contribución a veces pasa desapercibida a quienes están empleados en alguna empresa porque el patrón es quien descuenta si el caso y sólo al revisar con cuidado el recibo de estos pagos se identifican estos montos.

En el caso de las personas físicas que trabajan por su cuenta el RFC y las personas morales reviste mayor importancia porque con él se pueden emitir las facturas y/o recibos de honorarios para poder cobrar los productos y servicios. Así como recibir facturas de sus proveedores.

Sin embargo, a esas ventajas se tienen que agregar que en las cuentas bancarias sólo se pueden hacer y recibir transferencias electrónicas si se ha registrado en la misma el RFC. Eso incluye además el poder solicitar créditos bancarios. Por el lado de las prestaciones, sólo con RFC se pueden solicitar créditos de Infonavit, seguro de desempleo y accede a algunos otros programas sociales como guarderías.

Desventajas del RFC

La desventaja de contar con el RFC es que si se tienen ingresos se deben cumplir con las obligaciones tributarias. Como se decía antes, las personas que tienen un patrón y sus ingresos no llegan a la obligatoriedad de presentar declaración anual ya tienen cubierta esa parte. Sin embargo, si en un año fiscal se tuvieron dos patrones diferentes sí deben presentar declaración.

Por otra parte, cuando se trabaja por cuenta propia o se tiene una empresa estar inscrito en el SAT con el RFC implica mantener orden en los gastos, llevar un registro y presentar en tiempo y forma las declaraciones correspondientes.

Aunque las personas pueden ocuparse de esas obligaciones, lo cierto es que es una cuestión compleja y una falla por alguna omisión puede resultar muy cara. Por lo cual, resulta una mejor opción contar con el apoyo de un contador o de un despacho que como BFA no sólo ayuda a estar al día con el SAT sino hacerlo con planeación fiscal que resulte ventajosa para el contribuyente.

El funcionamiento de la moral tributaria en México

Más allá de la obligatoriedad de hacerlo o que a veces ni siquiera hay conciencia de que se está haciendo pues en México ciertos gravámenes van incluidos en el precio de venta, el pago de impuestos es una de las responsabilidades que más emociones y polémicas despierta. No sólo porque como se ha repetido mucho el nombre “impuesto” dice ya mucho respecto a la percepción de éstos como una carga o que haya una sanción cuando se evade su cumplimiento, sino porque el uso que se da esos recursos también repercute en las ganas o no de pagarlos.

Estos temas son parte de la llamada moral tributaria y tiene efectos en el comportamiento de los contribuyentes e incide en las esferas públicas. Conocer más sobre la moral tributaria ayuda entender mejor esa incidencia.

La moral tributaria es la percepción sobre qué tan equitativa son las normas que impone el Estado en materia fiscal respecto a lo que el contribuyente recibe a cambio y las consecuencias que pueden enfrentarse si no se siguen esas normas.

Los elementos de la moral tributaria

La moral tributaria tiene tres elementos básicos que la construyen:

Reciprocidad: Una de las motivaciones más significativas para cumplir con el pago de impuestos es el grado de reciprocidad que perciben los contribuyentes, es decir, qué tanto sienten que el pago de impuestos les “regresa” en servicios, seguridad y otros bienes que el Estado provee tanto a ellos como a la sociedad en su conjunto.

En otras palabras, alguien puede de manera emocional que hay una “injusticia” pues no ve recibe bienes o servicios públicos de calidad y justifica así no pagar impuestos, o al contrario, en sociedades donde hay una percepción de estar recibiendo lo “justo” o lo “necesario” se cubren con mayor satisfacción esas obligaciones. A lo largo de la historia, esa percepción ha ido cambiando en México, habiendo épocas en las que hay se siente que los pagos sí tienen repercusiones constructivas y otras en las que se vulneran las finanzas públicas  con altos niveles de enriquecimiento por corrupción de funcionarios y malos servicios.

Progresividad: El elemento progresividad depende de la percepción de la desigualdad en la carga tributaria; es decir, en las sociedades donde los contribuyentes sienten que los montos a pagar son consistentes en todos los niveles socieconómicos o según los montos de ingresos, tienden a pagar sin tanto problema. Si al contrario, como suele suceder en México, con verdad o no, los contribuyentes llamados cautivos sienten que son los únicos que pagan, entonces, encontrarán “justificable” el incumplimiento de parte de sus obligaciones.

Normas sociales: El comportamiento personal (no sólo en materia de impuestos) se ve influenciado por el comportamiento de los demás, hay la tendencia a alinearse con lo que hacen otros, pues se siente una especie de “protección de la masa” o se relaja la percepción de que algo es malo si muchos lo hacen. Así, en sociedades donde la mayoría paga impuestos, la evasión será mínima; en lugares, donde la evasión prevalece y difícilmente hay castigo a esa evasión, el pago de impuestos bajará.

Contar con ayuda

Conocer y reflexionar sobre estos aspectos que van más allá de temer una sanción o sentirse impelido a cumplir con el deber, es importante pues permite entender mejor los propios comportamientos y a nivel gubernamental implementar políticas públicas que resulten en prácticas positivas que se reflejen en la confianza del contribuyente y lo hagan sentir, si no feliz; por lo menos cómodo con la idea de pagar sus impuestos en tiempo y forma.

Para encontrar el justo equilibrio en la moral tributaria como persona física o si estás al frente de una empresa, es necesario contar con ayuda de servicios fiscales profesionales que tengan una visión amplia, pero sustentada en la ética así como el pleno conocimiento de la ley. En BFA te ofrecemos justo eso.

Importancia de impuestos en personas morales

Aunque pagar impuestos es una de las obligaciones legales menos populares y de las que más se hacen chistes, lo cierto es que cuando se ve el panorama completo de la importancia que tiene para el mejor desarrollo del país y de los individuos se suele ver con ojos más positivos.

Pues los impuestos de todos son las contribuciones que permiten que el Estado tenga fondos y recursos suficientes para contar con bienes y servicios públicos, asimismo, son los fondos que permiten el funcionamiento de las escuelas, los hospitales, la seguridad pública, o la construcción de infraestructura, el combata la pobreza, así como el sustento de todas las instituciones legislativas y judiciales. Efectivamente, todos podemos tener opiniones sobre la eficiencia o no en cada época y circunstancia, pero sí hay una garantía mínima de funcionalidad como país.

No todos con la misma vara

En México existen dos tipos de contribuyentes, las llamadas personas físicas y las persona morales. Las primeras se refieren a los individuos y las segundas son las entidades o instituciones, ya sean con fines lucrativos que coloquialmente llamamos empresas y las no lucrativas como las organizaciones de la sociedad civil. Evidentemente, los ingresos de las personas físicas en términos generales suelen ser significativamente menores que los de las empresas, además, la legislación les reconoce diferentes obligaciones.

Las personas morales son sujetas de dos impuestos principales:

Impuesto al Valor Agregado (IVA) con una tasa del 16 por ciento aplicable a los productos y servicios, a excepción de algunos pocos que están exentos, por ejemplo, los alimentos y las medicinas.

Impuesto sobre la Renta (ISR) que tiene una tasa diferente ligada a los montos de los ingresos que se tienen.

Además, existen impuestos que se aplican sólo algunos productos y servicios, por ejemplo, el Impuesto Especial a la Producción y Servicios (IEPS) se aplica a productos como son a la venta de bebidas con contenido alcohólico, tabacos, cigarros, refrescos, combustibles, así como servicios como las telecomunicaciones o juegos y sorteos.

La omisión es peligrosa

Es necesario recordar que en nuestro país no presentar las declaraciones fiscales en el momento oportuno, así como no atender las solicitudes o avisos son infracciones al Código Fiscal de la Federación. El castigo principal si se omiten o difieren las obligaciones son multas y recargos, pero si se presentan de manera incorrecta por incluir deducciones falsas o ingresos gravables menores de modo que se determine que se ha cometido un delito de defraudación fiscal que se sanciona incluso con cárcel.

Por ello, quienes en las empresas tienen esta responsabilidad laboral deben ser muy cuidadosos en su cumplimiento y hacerlo con el profesionalismo, la precisión y la diligencia que eviten esas terribles consecuencias.

Por lo delicado de estas obligaciones y los riesgos de su incumplimiento es recomendable buscar asesoría para tener la certeza de estarlo haciendo correctamente. En BFA podemos ayudar a evitar estas situaciones riesgosas, ayudarte con tu planeación fiscal y lograr una eficiente e inteligente forma de cumplir con las obligaciones fiscales.

Consejos contables y cómo realizarlos

Algunas de las actividades administrativas centrales en toda empresa son aquellas que tienen que ver con la contabilidad. Se trata de una variedad de tareas que deben ser realizadas a veces a diario, a veces mensual y otras se hacen anualmente. Para facilitar su cumplimiento hay algunos consejos contables que se deben tomar en cuenta.

  1. Mantener separados los gastos y cuidar las cuentas que se usan

En algunas organizaciones, sobre todo si son pequeñas se llegan a confundir los gastos personales de los gastos empresariales, y eso a veces ocurre también con las cuentas bancarias. Mantener una estricta disciplina del uso de las cuentas y de los pagos que se atienden desde ellas ayuda a tener control y facilita la identificación de montos y sus usos.

  1. Actualizarse constantemente

Es importante mantenerse al día sobre las normas fiscales no sólo porque cada año puede haber cambios en la Ley de Ingresos que afecte a todos los contribuyentes, o algún sector en específico, también hay actualizaciones que se van dando a conocer a lo largo del año.

  1. Utilizar la tecnología

Se puede considerar parte de la actualización contable, el conocimiento de nuevos softwares y otras aplicaciones que puedan ayudar a hacer más fáciles las tareas contables. Parte de esa facilidad viene de utilizar softwares que automatizan aquellas tareas repetitivas que por lo mismo son más susceptibles a errores humanos.

En este renglón, hay que recordar que es necesario considerar también los riesgos que se derivan del uso de la tecnología con la información y contar con elementos suficientes de ciberseguridad que garanticen la integridad de los datos internos y externos.

  1. Clasificar, organizar y archivar

El avance tecnológico ha ido eliminando o limitando el uso de papel, con lo cual se ha reducido el espacio físico que se destina a guardar la documentación y a la vez permite dedicar menos tiempo a la tarea de hacerlo manualmente. Sin embargo, aunque se haga con archivos virtuales, hay que tener orden en carpetas para facilitar la localización de los documentos. Es necesario establecer códigos claros y conocidos por todos los involucrados para que nombren los archivos y documentos, evitando así que cada persona use lo que se le ocurra en el momento. Además de que los involucrados tengan claro si hay documentos que sí se tienen que mantener en papel y cómo archivarlos.

  1. Cumplir tus obligaciones contables

Habrá quien considere este consejo irrelevante y en cierta medida tendría razón, pero en empresas sobre todo pequeñas o con personal insuficiente es posible que se pasen las fechas para presentar las declaraciones mensuales o que se hagan sólo por cumplir. Si no se hacen o si se hacen mal, eso puede traer consecuencias graves posteriormente. Para evitarlo, es recomendable incorporar a las tareas generales las fechas de las obligaciones contables para tenerlas siempre presentes.

Para aplicar algunos de estos consejos, puede ser suficiente hacer algunas modificaciones internas, pero en algunos casos contar con asesoría para lograrlos, o contratar un servicio contable externo puede ser la solución. En BFA tenemos profesionales que pueden apoyarte a ti y a tu empresa.