Tendencias en la conciencia de ser verde para empresas
Comenzar el año enfocándose en la sostenibilidad es una de las decisiones más estratégicas que una pequeña o mediana empresa puede tomar en la actualidad porque trae beneficios internos, satisface las expectativas de sociales de los consumidores cada día más conscientes, es una manera de ser más responsables socialmente e incluso puede abrir la puerta ciertos financiamientos que buscan estimular el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad.
Este camino hacia la sostenibilidad puede hacer a las empresas más competitivas, permitiéndoles captar a una audiencia cada vez más consciente y acceder a beneficios financieros específicos como la “financiación verde”.
En un contexto de cambio climático y creciente conciencia ambiental, adoptar prácticas “verdes” o sostenibles no es sólo una muestra de responsabilidad social, sino una estrategia de crecimiento y adaptación a las nuevas demandas del mercado.
Es cosa de querer
La adopción de prácticas sostenibles no es necesariamente costoso o complicado, es importante entenderlo para que más empresas sin importar su tamaño se animen a dar ese paso adelante, y descubran que puede generar incluso ahorros.
Los ajustes pueden ir desde la optimización del consumo energético (focos ahorradores, timmers, graduación de aires acondicionados, aprovechar la luz natural), el aprovechamiento del agua (reduciendo consumo, reusando aguas grises, implementando equipos de captación de agua de lluvia) y la reducción de residuos hasta el desarrollo de productos más responsables, etc. Es necesario entender que cada pequeña modificación puede contribuir a un impacto positivo y ayuda extender la consciencia del cuidado del medio ambiente entre colaboradores y clientes también. Además, muchas de estas medidas son rentables en el largo plazo, ya que ayudan a reducir costos operativos y a mejorar la eficiencia en la gestión de recursos.
Las nuevas clientelas
La consciencia ecológica es un componente muy importante de las nuevas generaciones, tienen muy introyectada la importancia de cuidar el planeta, y suelen llevar su compromiso a investigar las prácticas de las empresas con las que se relacionan.
Los consumidores de hoy no sólo eligen en función de calidad y precio, sino que valoran la transparencia y la ética ambiental de las marcas. Esto no va sólo para las grandes empresas, sino que también para las pequeñas y las medianas.
En este sentido, una pyme que demuestra su compromiso con el medio ambiente tiene una ventaja competitiva real, especialmente cuando se trata de captar a las generaciones más jóvenes, que son más conscientes y exigentes respecto a los impactos sociales y ecológicos de sus compras. Pero en el otro lado de la moneda, también apoyan con decisión y entusiasmo el comercio local por ser más acorde con el cuidado del ambiente y de la comunidad. Así que ahí las empresas más locales tienen un área de oportunidad que pueden aprovechar.
Ante todo, la responsabilidad social
Por supuesto que apelar a las nuevas audiencias y clientelas, y fomentar su lealtad a través del cuidado del medio ambiente es una estrategia interesante. Sin embargo, incluso sin ese impulso, es una realidad que las empresas tienen una responsabilidad social, porque el cuidado de los recursos naturales es indispensable para que los negocios y el planeta sean sostenibles a mediano y largo plazo.
Para las pequeñas y medianas empresas, las acciones que muestran un compromiso con el medio ambiente –como reducir emisiones, optimizar el uso de recursos o adoptar políticas de reciclaje– pueden contribuir a fortalecer su imagen y a diferenciarse en el mercado. Las empresas que integran prácticas sostenibles logran generar confianza en sus clientes, socios y colaboradores, demostrando que comprenden y asumen su rol en la protección del planeta y en el bienestar de las comunidades. Esto es especialmente importante para las pymes, que buscan construir lealtad y una relación duradera con sus clientes. En pocas palabras, se trata de cumplir con la responsabilidad social inherente al mundo de los negocios y abrir ese compromiso a los demás. Es ganar-ganar.
Pero hay más
Pero los beneficios de volverse “verde” no se limitan al atractivo de la marca o a la lealtad del cliente o el cumplimiento de la responsabilidad social per se. En los últimos años, se ha abierto la puerta a la “financiación verde”, una oportunidad para que las empresas accedan a recursos financieros diseñados específicamente para impulsar proyectos sostenibles.
Este tipo de financiamiento puede ayudar a las empresas a modernizar sus instalaciones, adquirir equipos eficientes en el consumo de energía, o implementar sistemas de gestión ambiental. Estos fondos suelen tener condiciones ventajosas, con tasas de interés más bajas o plazos más flexibles, y demuestran el creciente interés de las instituciones financieras en apoyar empresas comprometidas con la sostenibilidad.
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