Importancia de impuestos en personas morales
Aunque pagar impuestos es una de las obligaciones legales menos populares y de las que más se hacen chistes, lo cierto es que cuando se ve el panorama completo de la importancia que tiene para el mejor desarrollo del país y de los individuos se suele ver con ojos más positivos.
Pues los impuestos de todos son las contribuciones que permiten que el Estado tenga fondos y recursos suficientes para contar con bienes y servicios públicos, asimismo, son los fondos que permiten el funcionamiento de las escuelas, los hospitales, la seguridad pública, o la construcción de infraestructura, el combata la pobreza, así como el sustento de todas las instituciones legislativas y judiciales. Efectivamente, todos podemos tener opiniones sobre la eficiencia o no en cada época y circunstancia, pero sí hay una garantía mínima de funcionalidad como país.
No todos con la misma vara
En México existen dos tipos de contribuyentes, las llamadas personas físicas y las persona morales. Las primeras se refieren a los individuos y las segundas son las entidades o instituciones, ya sean con fines lucrativos que coloquialmente llamamos empresas y las no lucrativas como las organizaciones de la sociedad civil. Evidentemente, los ingresos de las personas físicas en términos generales suelen ser significativamente menores que los de las empresas, además, la legislación les reconoce diferentes obligaciones.
Las personas morales son sujetas de dos impuestos principales:
–Impuesto al Valor Agregado (IVA) con una tasa del 16 por ciento aplicable a los productos y servicios, a excepción de algunos pocos que están exentos, por ejemplo, los alimentos y las medicinas.
–Impuesto sobre la Renta (ISR) que tiene una tasa diferente ligada a los montos de los ingresos que se tienen.
Además, existen impuestos que se aplican sólo algunos productos y servicios, por ejemplo, el Impuesto Especial a la Producción y Servicios (IEPS) se aplica a productos como son a la venta de bebidas con contenido alcohólico, tabacos, cigarros, refrescos, combustibles, así como servicios como las telecomunicaciones o juegos y sorteos.
La omisión es peligrosa
Es necesario recordar que en nuestro país no presentar las declaraciones fiscales en el momento oportuno, así como no atender las solicitudes o avisos son infracciones al Código Fiscal de la Federación. El castigo principal si se omiten o difieren las obligaciones son multas y recargos, pero si se presentan de manera incorrecta por incluir deducciones falsas o ingresos gravables menores de modo que se determine que se ha cometido un delito de defraudación fiscal que se sanciona incluso con cárcel.
Por ello, quienes en las empresas tienen esta responsabilidad laboral deben ser muy cuidadosos en su cumplimiento y hacerlo con el profesionalismo, la precisión y la diligencia que eviten esas terribles consecuencias.
Por lo delicado de estas obligaciones y los riesgos de su incumplimiento es recomendable buscar asesoría para tener la certeza de estarlo haciendo correctamente. En BFA podemos ayudar a evitar estas situaciones riesgosas, ayudarte con tu planeación fiscal y lograr una eficiente e inteligente forma de cumplir con las obligaciones fiscales.