Leasing vs. Compra
Utilizar bien los recursos económicos es uno de los principios de administración más obvios tanto para quienes están al frente de una empresa como para las personas que trabajan por su cuenta. Parte de esa buena utilización de los recursos se logra con una visión más completa que permita sacar más ventajas incluyendo las fiscales, porque no siempre las opciones obvias son las mejores.
Un caso clásico de este tipo de dilema lo representa la adquisición de los instrumentos necesarios para la operación del negocio como la maquinaria, el equipo de cómputo y los autos. El primer pensamiento suele ser que comprarlos es la mejor opción, y se pasa por alto las otras opciones que en ciertas circunstancias pueden ser la opción adecuada.
Valorar las opciones
El leasing es una opción a la compra que ofrece contar con esos activos operativos a través del arrendamiento (o renta) de los mismos. Aunque no se adquiere la propiedad total de éstos, si se adquiere el derecho de uso completo y total por el tiempo que estipule el contrato, y se puede tener, si así se acordó y es conveniente, el derecho a comprarlos. Algunos contratos pueden traer la opción de alargar el uso del equipo por un tiempo mayor con un pago menor por la depreciación de los mismos; otros ofrecen la opción de arrendar otro equipo nuevo.
En el caso de la compra de los equipos o los autos evidentemente se entra en completa posesión de los mismos, sobre todo cuando no se utiliza ningún tipo de crédito en su adquisición, por lo que se convierten en activos de los que se puede disponer en cualquier momento.
Otros aspectos a valorar
Si tener los equipos o autos con la tecnología de punta y renovarlos constantemente para evitar la obsolescencia es una necesidad, el leasing puede ser el camino. Con la velocidad con la que avanza la tecnología hoy en día, es muy fácil que pronto aparezca un equipo se supera por mucho al modelo anterior, por eso se debe valorar desde esta perspectiva el recurrir al leasing.
Muy de la mano de este aspecto de la obsolescencia está la depreciación la cual toca absorber al propietario; pero en el caso del leasing se evita el costo de esa minusvalía.
En cuanto a cuestiones financieras, el leasing al tener pagos fijos menores que el costo total de un equipo, puede ser camino para tener un equipo o un auto incluso de más alta gamma de lo que sería si se busca comprarlo. Por ello, puede ser una buena opción cuando se está iniciando un negocio o se quieren ampliar operaciones invirtiendo una cantidad menor. Por supuesto, si se adquieren de esa manera son “prestados” y no se pueden vender para recuperar una parte de su costo.
El último aspecto que conviene considerar es el fiscal pues los beneficios tributarios de la compra y del leasing varían en cada caso. En el caso del leasing, se considera como un gasto deducible de impuestos, pues se registran como un gasto operativo en los estados financieros. En el caso de la compra, se maneja diferente y difiere en varios ejercicios fiscales.
Como se puede ver, la decisión entre el leasing y la compra conlleva considerar muchas aristas por lo que es conveniente contar con asesoría como la BFA ofrece en este tema y en otros de índole financiera y contable.